Antena 3 Radio
–primer paso para la idea, más ambiciosa, de una cadena de televisión privada-
se creó en 1989 por el Grupo Godó (La Vanguardia) con el 51%, Prensa Española
(hoy Vocento) con el 13%, Manuel Martín Ferrand (5%), Europa Press y el Grupo
Zeta. Habían obtenido la licencia en 1979, con el Plan Técnico de
Radiodifusión, que le había concedido 75 postes emisores.
Durante una década de ascenso, sumó 79 emisoras en propiedad y otras tantas con acuerdos, hasta llegar a las 150 emisoras por toda España. Además de las generalistas (unas 120), se especializó en música con emisoras de éxito como Radio 80 Serie Oro y Radiolé. En 1989 llegó a ser la primera compañía de medios de comunicación en cotizar en Bolsa en España. Con las bases bien asentadas, fue accionista fundadora del sueño inicial de sus creadores: Antena 3 de Televisión S.A., una de las tres empresas que recibieron la licencia televisiva en 1989.
En 1992 logró convertirse en la emisora más escuchada de España, superando a la hegemónica Cadena SER. Según el EGM, consiguió 3.139.000 oyentes frente a los 3.007.000 de la SER. Sin embargo, la radio de PRISA no se iba a dejar ensombrecer por una recién llegada y pronto atacaría como mejor sabe –o sabía, pues ahora no está la cosa como para hacerlo-: introduciendo sus tentáculos en su principal rival. Paralelamente, el Grupo Zeta, encarnado en Antonio Asensio, lograría el control Antena 3 Televisión con el apoyo de Banesto. La emisora, que había logrado el éxito gracias a figuras como José María García, Antonio Herrero, Nieves Herrero, Luis Herrero, Jiménez Losantos o Gomaespuma, entraba en un círculo de ambiciones y presiones del que no podría salir jamás.
En ese mismo año, Jesús Polanco, presidente del Grupo PRISA,
hizo una oferta al conde de Godó, principal inversor, iniciándose una operación
ilegal. Las estrellas de la cadena, contrarios a la venta (José María García,
Antonio Herrero) no dudaron en marcharse a otras emisoras. El primer paso para
la desaparición de la emisora vendría con la fusión de Radio 80 (A3
Radio) y Radio Minuto (SER), creándose M-80 Radio. En 1993
se crea Unión Radio, que asume la gestión de Antena 3 Radio y SER,
con un capital del 80% de PRISA y un 20% del Grupo Godó. El expediente de
concentración obtuvo, curiosamente, el visto bueno del ministro socialista de
Economía, Carlos Solchaga. Así, PRISA ordenaba la disolución total de Antena
3, cuyos postes pasaron a emitir íntegramente los espacios de la SER.
De las 150 emisoras vinculadas a Antena 3, unas cuarenta buscaron otros
acuerdos (COPE y Onda Cero) y otras emitieron en solitario.
Políticamente la absorción supuso toda una tormenta. Pese a la oposición del Tribunal de Defensa de la Competencia, el gobierno de Felipe González, reunido en Consejo de Ministros, permitía en 1994 la actuación de sus amigos de la SER. Los antiguos periodistas de A3 Radio, Martín Ferrand, José María García, Antonio Herrero, Jiménez Losantos, Pedro J. Ramírez, etc., interponían por ello un recurso contra la decisión del gobierno; la sentencia, dictada por el Supremo en 2000, daba la razón a los demandantes. Por supuesto, PRISA recurrió ante el Constitucional. Pese al silencio del gobierno (por entonces ya de Aznar), el TC finalmente ratificó la sentencia del Supremo. En 2001, el gobierno “popular”, tras un Consejo de Ministros, decidió exigir a PRISA el cumplimiento de la sentencia, lo que le obligaba a deshacerse de las 79 emisoras de Antena 3 Radio que le quedaban. En un plazo de dos meses, elaboraron el proyecto de desinversión de PRISA. No obstante, el ejecutivo del Partido Popular nunca llegó a exigir realmente el cumplimiento de la sentencia. Es más, la polémica sobre Antena 3 Radio pasó a un segundo plano frente a la tormenta causada por la creación y posterior fusión de Canal Satélite Digital (PRISA, con apoyo del PSOE) y Vía Digital (Telefónica, con apoyo del PP), en la llamada "guerra digital".
Pero todavía quedaban más sorpresas. Tras años de batallas legales,
en 2005 se aprueba la ley de Medidas Urgentes para el impulso de la TDT y el
fomento del Pluralismo, conocida como la “ley Polanco”. Gracias a una
modificación legislativa que, para muchos, estuvo motivada por Jesús de Polanco
y aprobada por un gobierno afín a PRISA (o el grupo al PSOE, según se vea), se
invalidaba la respuesta del Constitucional a favor del pluralismo informativo y
se aprobaba el antenicidio cometido por PRISA y defendido por el grupo de
Polanco y Godó.
La pluralidad informativa es, constitucionalmente, una prioridad de los gobiernos. Unos gobiernos que, sin excepción, protegen a unos medios y hunden a otros. Comunicación y poder van de la mano y la historia de Antena 3 Radio es una clara muestra.