El mundo es un repollo, y Jerez con sus bodegas, el cogollo
El necio, atrevido; el sabio, comedido
El necio hace al fin lo que el discreto hace al principio
El niño duerme al peso y el viejo al seso
El niño que es mentiroso, no tarda en hacerse odioso
El nombre ni quita ni pone
El octubre al hogar de leña se cubre
El ocio es la madre de los vicios
El oficial al diablo le dio el hortal
El oficial que no miente sálgase de entre la gente
El ofrecer no empobrece
El ojo del amo engorda al caballo
El onceno no estorbar
El oro siempre reluce
El padre bueno a sus hijos pondrá frene
El pan ahechado, dos veces floreado
El pan bien escaldado hinche la troj a su amo
El pan como hermanos y el dinero como tigres
El pan es freno del vino
El papel que se rompa él
El pavo ha de ser cebado con harina y con salvado
El pensar no es saber, y más en tiempo de vendimia
El peor guarro se come la mejor bellota
El pepino, con sal, o miel o vino
El pequeño can levanta la liebre y can grande la pierde
El perder y el ganar, todo es comerciar
El perezoso siempre es mentiroso
El perro del herrero a los martillazos duerme y despierta a las dentalladas
El perro del hortelano, ni come las berzas ni las deja comer
El perro y el niño, donde ven cariño
El pez ha de nadar tres vece: en agua, en vino y en aceite
El pez que busca el anzuelo busca su duelo
El pez y el cochino, la vida en agua y la muerte en vino
El pie del dueño es estiércol para la heredad
El pobre y el cardenal, todos van por un igual
El pollo cada año y el pato cuadrigado
El pollo de enero sube con su madre al gallinero, y el de San Juan va al muladar
El polvo de la oveja es alcohol para el lobo
El potro primero de otro
El primer trago abre la puerta, y se cuelan los demás porque la hallan abierta
El primer vasillo no pasa del gallillo, el segundo tampoco llega a lo profundo, y sólo el tercero empieza a ser firme y verdadero
El primer vasillo suele dar en el gallillo, pero abre la puerta a los demás, y se cuelan detrás
El primer vaso de vino al segundo le abre el camino
El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija
El que a cuarenta no atura y a cincuenta de adivina, a sesenta desatina
El que a los veinte no es valiente y a los cuarenta no es rico cátale de borrico
El que acaba primero ayuda a su compañero
El que ama de verdad siembra amor sin reclamar jamás el fruto
El que aumenta su experiencia, aumenta su talento; quien aumenta su credulidad aumenta sus errores
El que avisa no es traidor