La mujer pulida, la casa sucia y la puerta barrida
La mujer que poco hila siempre tiene mala camisa
La mujer que poco vela, tarde hace la luenga tela
La mujer que tiene dos, no es tonta, que es advertida, si una vela le falta, le queda otra encendida
La mujer ríe cuando puede y llora cuando quiere
La mujer saca al hombre de tino
La mujer y el huerto no quieren más que un dueño
La mujer y el vino emborrachan al más ladino
La mujer y el vino sacan al hombre de tino
La mujer y la galga en la manga
La mujer y la gallina hasta la casa de la vecina
La mujer y la pera la que calla es buena o la que no suena
La mujer y la sardina de rostro en la ceniza
La mujer y la sardina, mientras más chica más fina
La mujer y la sartén en la cocina están bien
La música amansa a las fieras
La nave está más segura con dos anclas que con una
La neblina, del agua madrina y del sol vecina
La necesidad agudiza el ingenio
La necesidad carece de ley
La necesidad hace a la vieja trotar
La necesidad hace maestro
La niña entre niñas y la viña entre viñas
La nobleza y el vino con el mucho tiempo se afinan
La noche se ha hecho para descansar y el día para trabajar
La obediencia es la más alta de las ciencias
La obra dice quien la hizo
La obra es la que alaba el maestro
La ocasión abre la puerta y vicio la mantiene abierta
La ocasión es madre de la tentación
La ocasión hace al ladrón
La ociosidad es la madre de la vida padre
La olla y la mujer reposadas han de ser
La opinión es la reina del mundo
La otoñada verdadera, por San Mateo la primera
La oveja y la abeja por abril dan la pelleja
La pala en el granero y el arado en el terreno
La peor rueda del carro es siempre la que más rechina
La persona que escupe al cielo, tarde o temprano le ha de caer en la cara
La pierna en el lecho y el brazo en el pecho
La pintura y la pelea desde lejos se la otea
La poesía, el vino y los melones, son malos cuando no son superiores
La práctica hace maestro
La primera, es la sed, la segunda, por compañía; la tercera, es alegría, y la cuarta, borrachería
La primera lluvia de agosto, apresura el mosto
La primera mujer escoba, la segunda señora
La primera, pura; la segunda, sin mixtura, y la tercera como sale de la cuba
La propia viña al nieto de su amo: Fui viña de arranque y pon, pero me vi abandonada; nos llegó la última hora, ya no esperes de mí nada
La puerta pesada puesta en quicio no pesa nada
La pulga, aunque no mata a nadie, hace todo el daño que puede
No hay comentarios:
Publicar un comentario